Cosas de Aquende
El blog de un Ágrafo juguetón
26 noviembre, 2006
 
Como la vida misma


La injusticia


He leido en el periódico una noticia que me ha indignado.
Se trata de los elefantes. Amenazados por la civilización moderna, pronto se extinguirán por completo si no se les proteje. Precisamente, acaban de ser aprobadas medidas en este sentido y eso es lo que me ha indignado.
Y es que ¿acaso hay que proteger a los elefantes? Siendo el elefante un animal prehistórico, hijo del mamut, ¿no es el símbolo del retroceso? ¿Acaso la misma palabra “mamut” no nos incita a una risa paternalista, cuando no desdeñosa, frente a alguien o algo que se obstina en las viejas costumbres y se resiste al cambio, o sea, al progreso, hasta que es castigado merecidamente y se convierte en un fósil? Si el elefante no está a gusto en nuestra civilización, que se extinga. ¿Por qué otros animales, la chinche por ejemplo, se adaptan y el elefante no? ¿Es que se considera mejor?
¿Y por qué precisamente el elefante? ¿Acaso no hay otras especies en vías de extinción? Nadie se preocupa de ellas, porque sólo se habla de los elefantes. ¿Por qué, si se puede saber, el elefante merece un trato especial y los demás no? ¿Será porque tiene un primo en el circo y un cuñado en el zoo? ¿Se lo han facilitado ellos a niveles superiores? ¿Enchufe? ¿O tal vez los judíos han metido mano en el asunto? Quién sabe si en verdad este mastodonte, no es un mastodonte… ¿Los masones?
Cada vez más indignado, estaba a punto de protestar públicamente, cuando se me ha ocurrido una idea mejor.
Voy a hacerme un par de orejas de algún material duradero, preferiblemente de nailon, me pillaré alguna trompa y me iré a Africa a unirme a los elefantes. Tal vez no se den cuenta de que voy disfrazado y me acepten como a uno de ellos. Y aunque se den cuenta, tal vez lo entiendan.
A ver si de esta manera sobrevivo.



Slawomir Mrozek. “La mosca” Ed: Acantilado.



Todo un lince, ¿verdad Doña Ana?




Que si Que no Que llueva a chaparrón |