Cosas de Aquende
El blog de un Ágrafo juguetón
05 julio, 2005
 

Me falta información





El provocador de enfrente se pasa el día provocando.



Hace unos post, les hablaba de que había intentado preparar una receta pero que, pese a haber conseguido el ingrediente principal, había desistido por no encontrar algunos otros ingredientes especiales. Les hablé de mis queridos libros naranja de Ediciones Cátedra. Y es de ahí de donde provenía al ingrediente principal para mi receta. Como no quería hacer una mera recensión me hice una lista de otros libros, ingredientes adicionales, con el fin de hacerme con ellos y ver cómo quedaba la receta. Tropecé con el 'agotado' o 'de difícil localización' y aún ando en ello.



Y en estas llega el lapidario del provocador.



Obviaré el hecho de que lo que dijo Epiménides, cretense él, es que "Todos los cretenses son mentirosos" cayendo en una aparente paradoja, que no es tal. Llamo en mi ayuda a Raymond Smullyan '¿Cómo se llama este libro?' pag. 260-261 "Similarmente, con la anterior versión de la paradoja de Epiménides todo lo que se sigue es que Epiménides es un mentiroso y que al menos un cretense es veraz. Esto no es ninguna paradoja. Ahora bien, si Epiménides fuera el único cretense, entonces tendríamos ciertamente una paradoja,..."



Pero volvamos a la receta. El ingrediente principal de la misma era el libro de María Bettetini titulado Breve historia de la mentira. De Ulises a Pinocho. Curioso ¿verdad?. Pues si, pensaba escribir sobre la mentira, pero tras haberme hecho con una bibliografía más extensa. El libro es una exposición sobre la evolución del concepto de mentira y mentirosos. Realmente es muy interesante.



Entre la múltiples definiciones de mentira se abre paso una como 'Decir lo contrario de lo que se piensa, con intención de engañar'. Hay pues tres verbos involucrados en la definición decir, pensar y engañar.



Esto abre algunas posibilidades:
- Puedo decir algo que no es cierto, pero pensando que es cierto. Entonces no miento, simplemente estoy equivocado.
- Puedo decir algo, cierto o no cierto, pero sin intención de engañar. Entonces no miento. ¿Son mentiras los Ficcientos de Eduardo?. Hay quien defiende que la ironía es una mentira.



Por tanto, para saber qué ocurrió con la nariz de Pinocho debería saber lo que piensa Pinocho y con qué intención lo dice.



Lo dicho:




Me falta información.






Que si Que no Que llueva a chaparrón |
04 julio, 2005
 

Un soneto me manda hacer Violante...





Pues no señores, nadie me manda hacer nada. Pero me apetece.



En el blog de enfrente se habla hoy de encuestas. Más concretamente, de una encuesta cuya recogida de información se ha hecho en Internet.



Me encuentro en estos momentos en mi despacho y, si me giro, veo a mi espalda unos treinta libros en cuyo lomo aparecen las palabras 'encuesta', 'muestreo', 'survey', 'sampling', 'cuestionarios' y algunas más. Como es natural, sus contenidos versan sobre diseño de encuestas, recogida y tratamiento de la información y, sobre todo, precisión y fiabilidad de los resultados obtenidos.



Digo 'sobre todo, precisión y fiabilidad' porque recoger información que, al menos 'a priori', no de lugar a resultados precisos y fiables me parece un ejercicio totalmente inútil. Sería preferible dedicarse a solucionar el sudoku que dicen mantiene ágil el cerebro. Pero para que esa información presente las características citadas debe someterse a algunas reglas.



Generalmente, una encuesta se realiza para poder decir algo sobre un colectivo, población, que presenta ciertas características de interés. Lo primero que ha de tenerse claro, entonces, es cuál es ese colectivo y definirlo de forma precisa. En el supuesto de que la investigación vaya a hacerse a través de una muestra o subconjunto del colectivo debería conocerse, al menos, el número total de elementos del mismo y sería muy deseable tener una lista de dichos elementos.



Si queremos que una muestra o subconjunto del colectivo represente adecuadamente al colectivo completo los elementos que formen parte de la muestra deben seleccionarse adecuadamente. En palabras técnicas 'la muestra ha de ser representativa'. ¿Qué significa la palabra 'representativa'? Idealmente, la muestra debería estar compuesta por elementos tales que la misma pudiese ser considerada como una maqueta a escala del colectivo completo. Es decir, si en el colectivo hay un 10% de señores con ojos azules, y el tener ojos azules es relevante en el estudio, entonces la muestra debería tener un 10% de señores con ojos azules. En la práctica, diseñar una muestra de estas características suele necesitar mucha información de la que no se dispone. Por ello, se entiende que una muestra es representativa no por 'ser una maqueta a escala', sino porque los elementos seleccionados para constituirla lo han sido de una forma neutral. Es decir, un elemento no tiene más posibilidades que otro de formar parte de la muestra 'porque nos cae bien'. Para realizar una selección con estas características se eligen los elementos por sorteo con procedimientos análogos a los de la lotería. Es por esto por lo que es importante disponer de una lista de los elementos del colectivo completo: para 'sortearlos'. Si no se dispone de la lista hay caminos para solventar el problema en los que no voy a entrar.



Definido el colectivo a investigar y la muestra que lo va a representar, debemos plantearnos cómo recoger la información que necesitamos. Esto incluye el método de 'acercamiento' a quien debe aportar la información, las preguntas a que debe responder y las respuestas a dichas preguntas. Las preguntas deben estar redactadas en un lenguaje claro y la respuesta a la pregunta debe ser inequívoca. Si yo pregunto '¿Cuántos niños hay en su familia?' dejo al criterio de quien responde qué entiende por niño o por familia y no hay garantía de que todos los respondientes estén hablando de lo mismo. ¿Una persona de 13 años es un niño? y ¿y una de 25?. ¿La abuela es familia? o ¿sólo me refiero a padres e hijos?. Estaría mejor algo como: "¿Cuantas personas de 18 años o menos conviven con la persona que responde manteniendo con él un parentesco de primer grado?". En algunos casos, las respuestas están precodificadas: Muy malo, Malo, Regular, Bueno, Muy bueno. Si fuese así, las respuestas deberían abarcar todos los casos posibles y ser excluyentes, es decir, se debería de poder clasificar, sin ningún género de dudas, la respuesta en una, y sólo una, de las categorías.



Por último, la recogida física de la información puede hacerse por distintos métodos. Mediante una entrevista personal donde un individuo, encuestador, interroga personalmente a otro individuo, encuestado, y va anotando sus respuestas. Es efectivo, pero suele resultar muy caro. Tiene una ventaja fundamental y es que se entrevista a la persona ha sido seleccionada para responder. Un segundo método sería el de enviar un cuestionario por correo a la persona que debe responder y esperar su respuesta por el mismo conducto. El principal problema que suele plantear es que mucha gente obvia contestar. Un tercer método es la entrevista telefónica. La principal dificultad está en localizar a la persona que debe contestar.



He procurado redactar esto de la manera menos técnica que pude, por lo que hay algunas imprecisiones, pero espero que se vea a dónde quiero ir a parar.



De todo lo anterior quisiera destacar que en todos los procedimientos relatados, y en sus variantes no tratadas aquí, el investigador, o encuestador va a la búsqueda del encuestado, habiéndolo seleccionado con unos criterios definidos 'a priori'.



El desarrollo de los medios de comunicación actuales ha permitido otra forma de interacción entre quien aporta información y quien la recibe. Es el informante el que se pone en contacto con el encuestador que recibe la información de forma pasiva. En esta modalidad los temas relativos a las preguntas y respuestas no deberían representar problema alguno. Si pensamos en Internet, la traslación a una página web de un cuestionario bien formulado en 'papel' no debería plantear ninguna dificultad.



Cosa distinta, y fundamental, es el método de selección de los respondientes. Frente a un sistema que podríamos llamar científico que garantiza la representatividad de la muestra en los términos citados anteriormente encontramos el método que yo suelo denominar 'el que quiera que se apunte'. Esto hace que no haya control sobre el colectivo de personas que responden y así pueden estar contestando únicamente las que tienen cierta motivación para hacerlo, dejando de contestar otras no motivadas. Por ello, habitualmente los resultados de este tipo de encuestas están lo que técnicamente se conoce como fuertemente sesgados.



Dicho en otras palabras, los resultados de este tipo de encuestas representan únicamente a las personas que contestaron. Ni más, ni menos. Cualquier intento de extrapolarlos a un colectivo más amplio no es más que un ejercicio de voluntarismo, sin base científica alguna, y, casi con toda seguridad, con errores importantes.



De un tiempo a esta parte, vengo observando que, conscientes de ello, los medios de comunicación, especialmente las televisiones, hacen referencia a 'encuestas sociológicas' en contraposición a lo que denominaríamos 'encuestas científicas'. De aquí he llegado a una definición de 'Encuesta sociológica': "Es aquel tipo de encuesta que ha sido diseñada para llenar un hueco en el telediario no importando el método de obtención de los resultados ni, por ende, los resultados mismos".



Si yo fuese sociólogo les juro que no estaría muy contento con la denominación.



Por último, respecto a todo esto de la elaboración de encuestas yo diría: Zapatero a tus zapatos.



Ahí queda eso, tal como me ha salido y sin releerlo siquiera.




Que si Que no Que llueva a chaparrón |